miércoles, 16 de abril de 2008

Panadería

El personaje vuelve cansado de deambular, tal vez hallándole un sonido a su voz, que de tanto enmudecer se le ha olvidado que es sonar...

En cuanto al fastidio de los días que han venido a usurpar las manos, no hay que decidir; en momentos lo que mejor se hace es escapar, hacia otro lugar, un lugar de aquellos que no tiene especificaciones ni mapas coherentes, ni refugios, ni destellos de luz... no hay sol, ni sombra, ni estado... ni momentos...

No recuerdo en que artefacto escondí el still de la almohada que no robé, no encuentro ya el lugar en el que solía descifrar códices intactos de licor...

Solo y sin motivo se ve al carpintero clavarle las astillas al muñeco de vudú que representa su alma, para morir del todo es necesario envenenar el alma y matar los libros de madera en los que se inscriben las esperanzas de un pasado mejor. Una hoguera estaría bien para aplacar el hielo en la nevera, una hoguera hecha de los minúsculos estados de piel que se desprenden; que se desprendiera del mismo modo el día en que me cruce con su sombra; con un actor que pretendió ser usted... famosísimo... Recuerdo entre el stock de las falacias, una calle y unas escaleras en las que perdió su mundo, unas escaleras con nombre de mujer lejana y se apoyó en una mano para no terminar de caer...

La calle se desdibuja en otros sentidos menos evidentes, como los rastros fundamentales de las migajas imaginadas; en el banquete se encuentran las sombras devorando otras sombras mas débiles, en el silencio; simplemente los signos de angustia de un fantasma sin rostro que se encuentra siempre que en las esquinas; se voltea sin prever que alguien observa desde la ventana que se han comprado unas cuantas reservas de veneno y en la cama un libro de Las Flores del Mal...

2 comentarios:

  1. Me refleje en tus palabras su sutil juego resquebrajado por el tiempo, en aquel tiempo era melancolia al desamor ya perdido en aquel entonces...esta noche necesite alzar la voz para entenderte para que tus letras no se entretejieran y cobraran aquel sentido que quizas no tienen...hoy a pesar de mi felicidad y mis colores al leerte recorde que alguna vez me escondi entre las sombras del pasado, entre las letras casi muertas y entre la insertidumbre si al_fin la melancolia acabaria...

    No se como pero tarde o temprano se fue... esa es una parte de la historia que no sabes y que hoy retomando el hilo de nuestra amistad te dejo ver.

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  2. Eso son; historias.
    Historias de un pasado que andan cosidas del saco que se entrelaza en nuestra piel.

    No hay que prestarle mucha atención a las letras, ellas, aunque nos presten su faz, por lo general se acomodan a su amaño.

    El pasado, hace parte de lo que se es en el presente, cada respiro, aun el más nuevo, hace parte del constante pasado.

    Gracias por abrir una ventana hacía mí, es bueno saber que esta letras invisibles, a veces provocan, desentumecen, reaccionan, accionan...

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