jueves, 24 de abril de 2008

Mitología de Alicia...

Con un cigarrillo;
en la mano derecha...
se ve la foto recurrente del hastío y cierta preguntadera demente en los bolsillos del pantalón inexistente...

El tecleo no cesa...
Junto con el rítmico andar de los dedos sobre la mesa...
Se preguntó, como en muchas ocasiones anteriores... si debía volver a escribir...
Bueno, que más da; solía decir con un tono dubitativo en la voz interior que parecía que escuchara toda la congregación del transmilenio, mientras entre sus manos continuaba alargando unas tonadas de un cd desgastado en el panel de control de aquel reproductor que no le pertenecía, pero que le era tan caro y tan familiar...

Ahora se hallaba perdida...
Ni un alma en la ciudad, junto con las voces de ese anonimato presente e inclemente en el que le tocaba rodar día tras día.
Estaba segura de haber reconocido uno de aquellos rostros en los que se mitificaba el destierro... Ese destierro meditado al que se había sometido. Ya no podía entrar al laberinto; no podía encontrar a Teseo; a Alicia se le había olvidado darle el cordel...
Realmente Alicia (que en otros países era conocida como Anne Lee) recordaba con temor la voz de Teseo, con temor ya que por ratos olvidaba a que sonaba; el ruido de los carros y el smog... La banda sonora recurrente del automóvil rojo en el que se desplazaba todos los días desde años atrás, hacia el centro; habían opacado ese sonido... ¿Ogme, podría haber perdido su encanto, su conjuro?
Cuando no se escucha más, que aquellos demonios internos que roen y vomitan pequeñas partes alternas del cuerpo, se puede pensar que la inminente sordera; la imposición de los decibeles han llegado a hacer mella en el tímpano (en los tímpanos) amoldados a un par de audífonos prestados de una vecina cercana...

3 comentarios:

  1. Cuando las horas llenas de insomnio me hacen fumar contigo aquellos cigarrillos que mis labios no habian provado antes, cuando las letras saben a trasnocho conocido y silencio sordido... tus dedos narran historias que transpasan el tiempo y me llevan a aquella silla desde donde las historias se entrelazan sin fin... y sera que alicia recobra el alma perdida? Tantas dudas repentimas llegan a mi alma, sera que te camuflas con los muros de esa ciudad, te mimetizas con las tazas de cafe, de repente cierras los ojos y la melancolia te ahueca el alma...

    Mariajose

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  2. Pues ahora el café circunda mis sentidos, los muebles, el humo, la nicotina, todo,hace parte del rompecabezas con el se configura mi nombre, y el de aquellos que siguen con su mirada las noches que parecen ser las mismas...

    Un abrazo

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  3. Cuanta angustia se siente en tu narración, muy bien lograda, sabe a madrugada y huele a noches de esas cuando piensas y piensas en círculo, nunca termina, no fumes, en esas noches escribe, si produces tales letras, muy bueno linda un besote

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