jueves, 10 de abril de 2008

Descontar II

En la mayoría de ocasiones se que espanto a quien me ve, quien usa mis letras como modo de divertimento y compasión - quizás - y que escribo con una pasión inusitada cada hoja, tanto que en mi léxico hiperbólico, dejo en cada parte la carne que me compone y la sangre de un alma antigua y atormentada que suele darle su veneno a los impulsos vitales de mi cuerpo...

Es simplemente un modo de expresión, es simplemente el uso presente de ese método de supervivencia que había mencionado anteriormente, debo dejarlo todo en las hojas, como si fuera el último día, como si fuera la última letra que fuera a conocer, como si al momento siguiente una amnesia inevitable viniera a devorar mi cerebro...

No es que quiera atormentar a nadie, aunque mis palabras siempre suene vacuas y mortales, se muy bien cual es mi posición, y aunque los argumentos viscerales lleguen a nublar mis acciones, nunca nublan mi razón...

Supe que esta pieza no encajaba en el gran plan divino que tiene los dioses, la alimaña simplemente quería saber que era divagar en terrenos prohibidos a los ojos de todos aquellos que no se atreven a cambiar su curso, para no ser aplastados por el pie de algún impío, pero estar bajo una huella no quiere decir que se ha muerto... la muerte se burla de mis despojos y me deja en la agonía de poder sentir la presión de aquel peso...

Nunca he querido competir, simplemente camino muy despacio, trato de ver que es lo que hay aquí, pues todavía no me explico como puedo mantenerme en pie, quiero verlo todo, sentirlo todo, para luego caminar más, donde no sepa lo que me dicen, donde no me guste el alimento pero tenga lamentablemente que digerirlo, estar, y en ocasiones dejarme llevar por el viento... ser ligera ya que no me puedo componer alas...

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