En absolución

Te absuelvo hijo mio...

No hay problemas nunca con el pasado sino con el constante porvenir que nunca cesa de lamer los indiferentes huesos que aun posee el cuerpo que no se asimila a la propiedad del alma...

Los ánimos van porque deben hacerlo y ahora estoy demasiado lejos para encontrarme con vos, demasiada incertidumbre... y unos recuerdos e intentos sin sentido se sientan a mi lado para desgarrarme la cara... es cierto no se sabe quien esté invitado a cenar... pero me parece maravilloso que aun sean los fantasmas sin rostro que suelen parecerse a mi desván...

como recuerdo tan poco bajo la influencia del alcohol he llegado a considerar que he perdido la fe y he dejado los proyectos de memoria a un lado donde ya no pueda verlos ni divagar en el momento de la partida...

Puedo decir que recuerdo pero en demasiadas ocasiones ni las letras llegan a vestirme bien, son la perdida de tiempo en la que me envuelvo para no sentirme menos que un pequeño virus en el que despierto sin cesar una y otra vez...

Cuando la memoria se corrompe y entran las animas a jugar con un cuerpo que se ha desconectado para no tener que sentir el vacío que lo circunda... ya no hay nada sólo el cascarón que se rompe por pedazos... para no decirlo de un modo desparpajado... me caigo y es lo único de lo que puedo ser consciente... pues ya no quiero estar ahí... ni en ningún sitio en particular... ni modular... solo ser una tabla vacía filosófica en la que se pueda borrar y escribir al amaño de cualquier desocupado de tizas de colores destellantes con el rojo que no se ve de una sangre que corre diariamente por un cuerpo que se supone existe de algún modo aunque ya no se puedan ver los cordeles que lo atan a la calle...

En resumidas cuentas...

Estoy, existo? resisto...

Te quiere

Un personaje de ánime patético.

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