miércoles, 2 de abril de 2008

Mi luz y mi sombra

Quería recordarle, mi luz y mi lado oscuro, cuando es necesario que nuestras historias se escriban a expensas de las lágrimas de otros...
Cuando los poetas malditos ya no son tan malditos comparados con las jornadas en las que se sumen nuestros sueños más perversos, pobres niños buscando la sombra de mamá...

Recuerdo como se escriben los diarios inverosímiles del destierro, en esos son los que habito ahora, nunca había sentido tanto miedo, pero nunca había visto lo mucho que escribe en mis aciertos y desatinos... tejido en mí, como lo más profundo de lo que se compone un alma sin tierra... tejido hasta en los bordes descuidados en los que se pone un indicio sin forma al que solemos llamar hogar...

Mi querido compañero de silencios, no hay tal, sólo hay unas manos, si como las suyas en las que esa calidez de estar en casa es descubierta... por qué no me deja verlas, por qué las esconde, como si temiera que en algún momento pudieran destruirse como las mías...

Me da algunas hojas secas en las cuales disfrutar la caída; como decirlo; estamos escritos en formas antiguas que no necesitan traducción para nuestras almas; historias entrecruzadas en las que por más que se quisiera, que no es el caso, no pueden desprenderse las letras, no pueden desaparecerse los nombres... no puede ya borrarse su aliento...

Consígase un lugar en el cual pueda ubicarle...
En el que no hayan espacios, en el cual el sonido extraño de nuestra conjunción se filtre, en el que pueda ser usted...

Mi querido y único compañero de silencios... (frase en constante omisión), no se le olvide, se que en muchas ocasiones soy lo peor, pero y quien no lo ha sido, como se decía en ciertos libros sapienciales antiguos... llenos del benemérito que sólo otorga la historia... no mate al mensajero... no porque mi osca figura parezca un demonio, se puede argüir que en realidad es así, cuando no queda más que el vacío; se desempolva en el atrio la viaja espada, el yelmo y el escudo para no saber de quien es la sangre que se derrama sobre la arena.
Ahora en que los cuentos de hadas desaparecen bajo el velo de algún hechizo superfluo en el que se suele caer por desdén, no tengo otra opción que hacer que ya no entiendo; que ningún lenguaje me sienta adecuadamente... mientras que las frases puedan recomponer los pedazos de historia que han muerto en sus labios.
Solamente le pido un favor, no piense en el olvido...
¿Quién no se esconde?

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