miércoles, 23 de abril de 2008

¿Dormís?

Dormís?
Aun recuerdo los extraños sortilegios de los dioses, que con parlamentos alternos, secuestraban las mente de aquellos que no dejaban que comer a la mañana siguiente...

Dormís?
Estoy en el estado incierto de la vigilia extrema, 48 horas sin dormir, más pedazos en los que los ojos se cerraban por unas horas simplemente para no enfrentar el amanecer que se asomaba indudablemente por la ventana, cualquiera que ésta fuera, cualquiera, aun las soñadas en los divanes de la inquisición o de cualquier charlatán de mente furtiva que receta en silencio drogas de enfermedades que se inventan cuando ya no quedan más letras que poder enmudecer...
La voz ronca... Cuantas cajetillas descansan en paz en la aspereza de mis pulmones agujereados de noches de vigilia, de momentos en que los recuerdos vienen a usurpar, en medio de la demencia de robos de horas de sueño, un poco de cordura, - pediría - si no fuera extraño en medio de las voces que resuenan más allá de lo que se entiende en la niebla de esta voz, acallada nuevamente por la luz que se filtra en la cortina, al lado, alguien medio adormilado encuentra en su cama, una faz desconocida en las sombras; entre cobijas mezcladas con chismes de corrillo y voz de terciopelo aparente... ¿qué he hecho? Podría haberse preguntado, mientras daba vueltas asegurándose, que la terminología de guerra y supervivencia no se hubiese extinguido del todo en sus neuronas; tratando de borrar con una última palabra audaz las argucias para atrapar un silencio desmedido. ¿Qué había de extraño en ese día?, en esa cama revuelta, en ese estado de conciencia absoluta. Simplemente el roce de un cuerpo extraño a ese ambiente, tan sólo una mirada apagada por la enfermedad...

¿Qué había en ese cuerpo aparentemente inerte que trataba de enredarse en ese instante?
No podía haber estado intermedios, quiso decirse, quiso convencerse; nada había sucedido; no había habido un conato de pasados encontrados en charlas que se hacían amenas y repudiables por lo audaces y remotas,
far away, so close...
U2
No podía haber nada en aquel intento, sólo horas perdidas como las de siempre, como los tres amigos imaginarios de una mente brillante que se tambalea en el tiempo, en que todo, simplemente todo, parece haber sido soñado, reiterativamente...

La lanza en el costado y la sangre que bañaba el piso; el sabor amargo del subsuelo y los pedazos de tela en el perchero, irreconocibles, familiares, mal acomodados en una realidad que no les es consecuente...
Por momentos puedo haber resuelto, dejar la manos en la almohada... Haber tornado la mirada una última vez sin sentir que las horas, simplemente las horas fueron adversas al guión.

4 comentarios:

  1. Yo no puedo mentirte, yo divago en las noches entre suenhos, subo montanhas , regreso al pasado, veo aquellos que puede que no extranhe ya... No desvelo mis parpados porque mi mente vuela y regresa a lugares lejanos y algunos imaginarios tambien... Las noches eran mis amigas hasta que un dia decidi apagar la luz y simplemente dejarme llevar... Y casi siempre en la manhana recuerdo mis viajes nocturnos...

    un abrazo
    mariajose

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  2. Dormir en la locura, en el trasnoche, cuando el cuerpo ya no puede más y sueña despierto con esas suaves sábanas, recorre parajes desconocidos se revuelca en eterno placer y se dispone a dejarse llevar más allá de la realidad que nos ata y que nos hace participes de una novela eterna.............

    enmarañar la vida con miles de sinónimos (como dicen por ahí) no es hacerla compleja si no hacerla interesante, para ti, para mi y para quien quiera leerla y explorarla...

    Felicidades Eka por tu premio, también te daría uno por que eres uno de los pocos blog que me dedico a leer detenidamente..

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  3. Querida majo lo importante es volar, llegar, quizás dormir, soñar, es importante guardar el equipaje, pues el pasado hacer parte fundamental de lo que hacemos ahora, de lo que somos, de la piel que se aja, sin mas sin remedio y muestra todos los caminos que hemos andado.

    Un Abrazo muy grande.

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  4. Querido pececito
    gracias por tus comentarios
    y de hecho cuando tenga un tiempito yo te voy a premiar.
    En tus letras puedo verme, en ese espejo, con otros ojos, otra faz, otras indicaciones temporales, pero ahí estoy, al final me puedo ver en tu espejo.

    Muchas gracias por tu comentarios tu sabes que también te sigo.

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