Sin Embargo saltan de la pared la tinta y los demonios; voces de un paso con nombre de faraón... Remueven mis entrañas, pintan mi piel; la tinta se escurre lenta y tortuosamente... Ya no seca, ya no sale, ya no quita, ya no desaparece...
Escribo su aliento en la pared... Trato de salir del sortilegio... Y siempre se evoca su recuerdo, se reproduce como si en el mundo sólo existieran las letras con las que se ha escrito su historia. Miro la pared, que bella es, aun con esos grafos antiguos que no entiendo ahora, talvez los entendí o tal vez los inventé. Who knows, I only write in silence. Rasgo un poco la superficie y aparece mi llanto, que ya no son lágrimas sino hojas apiladas en un destierro que se escribe con los rasgos de mi cara mirando la pared mientras el hechizo se desvanece. Nuevamente se rasgan mis venas tras la última letra que huye...
Este es un oficio cursi de niña... Y los soy... Aunque no entienda porque me avergüenza tener estas letras por faz y esta tristeza por nombre...
La agonía se prolonga un poco más, llamo a a a alguien para que las vea; tal vez no haya perdido la cordura del todo - pienso - Me duele el brazo izquierdo; lo extiendo un poco más para no sentir que efectivamente está ahí.
- Aun conservo unas buenas frases de cajón que me hace la coartada -
Puedo ser libre pensándome dentro de los cánones que exige una sociedad que inventa fantasmas para matar su tedio colectivo:
- ¡O, si! Qué atinada la frase - - Dicen -
Y un suspiro de conformidad en mí, parece indicar que no he perdido la razón... Por lo menos no aquí...
Llamo a alguien... Muestro la pared renovada en blanco
-Las puede ver -
Unas palmaditas en el hombro izquierdo, se aleja con la cabeza el gesto de desaprovación y7 un evidente ademán de:
-Tome usted nuevamente asiento -
-Concéntrese en un punto -
-Respire profundo, hasta que la alineación astral sea la indicada con su tipo de piel (mixta, Grasa, seca, en un caso fortuito, normal). Si su ritmo cardíaco es fácilmente multiplicable por el número de horas que pasa en Internet y el resultado sea dividido por el número de veces que utilizó la expresión ¡maldita sea! Los últimos años de su vida -
-Si el cociente de ésta operación da como resultado la dirección de su casa... podrá contar hasta 3, cerra repetitivamente los ojos como si estuviera parpadeando y se dará cuenta que ha sido usted curado; no más letras en la pared, no más letras en su vida; se dará cuenta que las letras en realidad nunca existieron...
-Por favor, tome asiento nuevamente-
-Su solicitud está siendo procesada-
-Pobre loca hijueputa-
-Vamos por un par de Cokes a la tienda-
Estoy castigada; miro nuevamente la pared sin verla; mis ojos se cierran; su tinta se riega, escribe su nombre en la pared, quizás en arameo antiguo, que más da, aun no puedo leerlo; no gato mi voz buscando testigos; guardo la esperanza que me curaré; algún día podré entender que las letras, éstas letras, en realidad jamás existieron...
Aparecen.
Me susurran.
Roncan en algunos casos.
Pero nunca se detienen...
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