Además todo sigue igual, las distancias seguirán siendo siempre las mismas y los recuerdos siempre encuentran el modo de acuchillar mi cerebro, no encuentro ya en mis manos el sentido de tratar de taparme el rostro para no distinguir el tiempo, ya no existe, mientras espero que el agua de esta urbe me congele por entero para no poder siquiera encontrar mis restos, para en ellos también se pulvericen los instantes de alcohol, para que con ellos queden sumergidas las huellas de las disculpas frente a la pantalla azul, que se borren para que no me estrujen cada mañana en que no recibo nada, cada mañana en que ensordezco para no tener que escuchar la llamada de la ausencia.
Por que no encuentro una hora precisa para dejarme morir, a veces no aguanto el roce del aire en mis pulmones...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario