domingo, 30 de septiembre de 2007

El invento

Se pueden pintar en ocasiones, lugares adversos en la mente.
Quizás sea una de mis producciones más afines, indagar que pude haber redactado mal.
El papel se descose por algún lado y de repente no hay hacia donde mirar, simplemente el adormecimiento paulatino, un par de imágenes de actores conocidos y otros no, y sigue circular el invento del desvanecimiento.

Hay que tratar de andar despierto. !!!Awake!!!
Las puertas se abren y no hay nadie en el umbral... espera un poco, dos segundos... en algún momento tras la luz enceguecedora pasará el momento de la epifanía...
me quedaré sentada un rato más con mi bolso, dentro el celular, la cajetilla de cigarrillos piel roja, unos cuantos encendedores descartables, una billetera flaca y plana sin nada que decir ya. Puedo quedarme otro momento mientras la pierna sube y baja, bajo una luz tenue, casi puesta en el escenario, en una noche de septiembre, en el que el viento arrecia bajo, abajo la vida nocturna, algunos animales mitológicos que se creían desaparecidos, yo sigo esperando que la puerta me invite a pasar, que aparezca un presentador de televisión y diga mi nombre o probablemente en un rincón desconocido estaré esperando que se cierra, y la luz que deja al descubierto algunas de las formas que definen este personaje desaparezca dejando escondido a la vista, sólo el punto, sólo el bulto, sólo un esquema negro, que espera con un poco de humo que sale de allí a que el personaje sea encontrado.

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