lunes, 10 de septiembre de 2007

Bajo el efecto de lo lejano IV

Y así todo es mejor, en silencio y sin nombre, las sombras vagan en la oscura eternidad sin querer ser materializadas, el hecho fortuito de que tomen una forma desconocida no es más que el castigo por haberse desprendido del lugar del que querían huir, esto ya me ha pasado, cíclicamente, en otra ocasión, y en realidad las lágrimas que lloré no se encuentran en lo que tengo que decir en el libreto del próximo capítulo… el personaje no quiere llorar aunque lo haga, el personaje atesora el silencio que tienen sus líneas, el personaje repite rítmicamente los movimientos que le han sido enseñados en su vagar… vagabundo voy sin rumbo con este sabor a metal, y así soy, así seré, ya he renunciado a todo lo que quería y lo que en alguna otra ocasión quise ha renunciado a mi, es el destino de quien no tiene un país, que no presupone tenerlo, volver al hogar es indiferente, encontrar la vereda que se ha marcado con el paso del caminante no es lo que anhela, el mundo es un pastel difícil de conseguir pero fácil de devorar, y me faltan los kilómetros que no he caminado aún…

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