sábado, 13 de enero de 2007

estoy en el claustro de la ciudad de pobres corazones
recibiendo replicas de lo que supongo es la realidad
mirando a tientas porque aun la luz, aun la oscuridad me ciega
y suelo perderme, siempre me pierdo, no se te haga raro
que las líneas tomen mi faz y este sea el único indicio de mi existencia

no recuerdo muy bien si he vivido antes, o si estoy viva ahora
los días pasan como inverosímiles hazañas de otros autores
mientras yo sólo copio del modo más profano lo que ellos dicen
yo sólo encuentro sus momentos y pretendo que son los míos...

no recuerdo muy bien mi nombre, o si en realidad llegué a tener alguno
no recuerdo si respiro o es mas bien la brisa que se asoma
para tratar de mover esa marioneta sujeta al destino
cada vez que me miro al espejo veo los cordeles
tan inverosímilmente débiles que aún no puedo entender
como hacen para sostener todo mi tedio
como hacen para soportar este desvarío de letras
que siempre penden de mi espalda...

como la levedad me muevo en un espacio que no se siente
no se siente ni siquiera el latir de mi corazón
ni siquiera el pulso que debería llevar el compás de unos pasos
que en realidad ya no se van a un viaje a ninguna parte
me gustaría mucho engañarme pero en realidad siento que
no pertenezco a ningún lugar
que en realidad ya no tengo potestad sobre mis sueños
no tengo potestad sobre mis conversaciones, soy tan sólo un buen recuerdo

y como los recuerdos, las imágenes que les corresponden
se irán borrando por el paso del tiempo, que acaba con todo
aún con las cosas perennes, aún con los espacios que ya no encuentro
será en realidad, como si jamás hubiera existido, como si en realidad
las huellas que dejé en el camino encontrarán un abismo en el cual descansar
para siempre...
un abismo infranqueable que está en frente de mis ojos
una memorable ocasión para esconderme a llorar
sola
como me lo ha indicado el tiempo, como lo han hecho las letras
que me invento para no suicidarme y evadir el desasosiego

ya no puedo decir más que desvaríos, la falta de conciencia
conciencia del mundo real, me ha llevado a ser simplemente una sombra
uno de esos relatos que se vuelven mitos,
de esos de los que no podés realmente estar seguro si existió
es raro sentir como todas las piezas del rompecabezas, mutan
mutan todos los días y armar aquella figura se vuelve uno de esos oficios
imposibles
a veces la figura soy yo.

No puedo recordar ni siquiera si existí
si llegue a vivir en algún lugar
o si en realidad no soy más que el eco
ese que se cree tan real
porque puede replicar la voz de quien lo emite
pero sin embargo cuando cesa
se da cuenta que simplemente es un reflejo...

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