sábado, 13 de enero de 2007

Agosto 15/2004

El respeto de 1 hoja y media, recurrente/ ahora todos son sucesos de extrañeza, estoy en mi cuarto, bajo un velo de luz blanca, intensamente blanca…
Quisiera encontrarme con usted y ahora sólo me acompaña el desasosiego… estoy frente a la maleta, aquella de los miles de viajes interminables… solía luego de muchos encuentros con estos momentos sentir una felicidad inmensa… encontrarme nuevamente en mi hábitat, retornar al hogar donde puedo ser yo y ver locomotion todo el día…

Las cosas se daban rápidamente… cualquier cosa para empacar… no podía dormir del todo, sabiendo que me iba… me iba y me voy ahora.

Estoy en posición de loto frente a la maleta y siento un vacío raro… maluco… quiero escapar de este instante, pero, ¿hacía a donde podría ir ahora?

No quiero empacar y me matan las ganas por hablarle… cuantos cambios da el destino de esto modo inusitado y recurrente…
Cuantos giros da la ausencia y la demencia temporal…
Antes era, ahora, deplorablemente, no se puede ni siquiera respirar como cuanto los motivos desaparecen frente a los ojos de esta escritura automática.

Estoy aquí, sentada en la cama y nada me rodea, he llegado a pensar que simplemente me he compuesto de historias… momentos renovados una y mil veces por una serie de conexiones químicas en el cerebro y la simple sensación de haberlas vivido, porque quedan almacenadas en algún lugar…

Pero, ¿Será posible… qué hayan estado ó aún estén… o vayan a estar…?

Estoy aquí sentada… respirando… me oigo hacerlo y también oigo a Axel Rose inventando algunas mentiras en el CD que asocio libremente con un guayabo inconjurable de días atrás.

Me detengo un segundo por que me duele el cuello al escribir así, pero bueno, sigo estando frente a la maleta; podría decir que no termino esto porque ya no sé, no me acuerdo de cómo comenzar a empacar… ¿Entonces, qué hago?... ¿cómo empiezo mi labor de errante nuevamente?... ¿En dónde demonios es que estoy? Realmente no estoy o que es lo que me pasa en estos instantes en que hasta respirar resulta difícil, supongo que volveré a la terraza a fumar… a no reconocerme en la oscuridad y el supuesto silencio de una sin estrellas en la ciudad en la que tengo ya, demasiado tiempo para pensar, en la que por ahora no hago nada, nada + que esto… respirar porque no puedo parar este movimiento involuntario, escribir porque no encuentro como mitigar este vacío constante… estar frente a la maleta en una posición incómoda a ver si nuevamente comienzo a moverme en los escasos metros cuadrados del cuarto…
Coger mis chiros e irme sola… como siempre… como siempre ha debido ser… pero, ¿qué es esta nueva soga cortándome el cuello…?

De repente ya no sea + yo y esta espera vana con la titilante luz verde y la ausencia y el silencio austero y ensordecedor…

1 min. Antes que se acabe este día, volví, después de un rotundo paseo por el pasado, sé que dolía demasiado, pero ante la incertidumbre de las últimas semanas, podía decir que me gustaba allí, en ese momento en que no lo conocía y sentía mil muertes por mi constante estupidez, de la cual sufría y creo que sufro aún…

Bueno es inminente, me marcho por un rato y dejo esta fría ciudad, como dice Bunbury (espero verlo en el concierto, por lo que supongo volveré pronto) Adiós, compañeros, Adiós… Necesito licores nuevos… unos nuevos zapatos, medias porque todas están rotas, quizás un trabajo y un nuevo lugar dónde vivir, donde aprender a vivir a solas; no entiendo porque no encuentra una salida fácil y la toma… no aparecer siempre es lo más fácil… o querer diluirse… bueno no culpo a nadie… en muchas ocasiones me encantaría hacerlo, pero creo que ya no puedo… creo, no estoy muy segura… que después de haber perdido cinco años de mi vida, he tomado la decisión de no diluirme en los intersticios, aunque no puedo negarlo, siempre me encuentro aterrorizada, si que es esa la palabra, ahora no sé muy bien hacía a donde voy, pero por lo menos aún puedo verme en los espejos o aún casi, en todas superficie que pueda reflejar (acto reflejo femenino)

No puedo negarlo, quisiera desaparecer… y bueno creo que lo haré por un rato, porque no, aún gozo de la libertad de poder hacerlo, por lo menos por ahora tengo 50.000 pesos en mi billetera de las chicas súper poderosas, un paquete de marlboro menguado por al ansiedad, y una maleta en su mayoría llena de cassettes y libros… puedo irme, aún estoy… de algún modo… pero lo que + me falta ahora, es mi poder de convocatoria.

Probablemente volveré a subir a la terraza a darle una última mirada a una noche de Agosto Bogotana y luego que… pensaré que nunca me he ido, que el viaje dura ocho horas y que todos pensaran que me volví Rola OK en este punto no me importa
Suerte y Muerte

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