En una caja encontré el pasado, lo cambié a una caja más grande para ver si se perdía. De un lugar que no existe paso las horas encontrando retazos, y ecos, clicks, sordos que parecen que hallan el modo de imitar algo que parece humano.
Un lugar prestado en el que parece que todo es prestado; presto las horas del día, que restan horas prestadas de la historia, que se representa alternamente en otro espacio.
El blanco de todo, de la hoja, del espacio, del lienzo, de la pantalla, son violentados por los trazos, el rasgueo de la tinta y las letras, el click sordo del presionar de las teclas, de los inquilinos que asesinan el silencio....
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