martes, 16 de septiembre de 2008

En ocasiones me encuentro nuevamente frente a la inmutable pantalla

En ocasiones me encuentro nuevamente frente a la inmutable pantalla, con una lata de cerveza en frente... escuchando una reproducción ramdom de recuerdos desmesurados...
husmeando rincones que fueron propicios a la divagación y los sueños inconclusos y me sumo en el papel del personaje extranjero que no tiene más que unos cuantos pesos en el bolsillo, y sueña con fama y fortuna, que podrá encontrar en la gran ciudad...
tomo un sorbo amargo más y el humo parece volver borrosa la realidad...
que pasa con su silencio, como pesa en la espalda, cuando trato de conciliar el sueño y se aparece el fantasma renovado, recordándome lo que nunca podre tener y aumento el humo y en los pulmones se marca el nombre... y parece que ya no grita, simplemente aquellas imágenes azulosas que se mezclan con la piel, los dedos rígidos que tratan de alcanzar - lo - que se ve perdido...
me sumo en su silencio y aveces me parece ver el rastro... cuando me borra de sus estados digitales y me pregunto el por qué del castigo, que se ha reunido en sus manos, que busca de mil maneras tratar de erradicar esta marejada de silencios inconclusos frente a la misma pantalla, tratando de no hace muy evidente el paso del tiempo sobre el papel, y del alcohol sobre el equilibrio...
pasaron las insanías y se dio paso a tratar de encontrar un propósito de vida
¿Cuál es?
¿cuál pudo haber sido aquel eslabón que se perdió en la escalera de madera, que resuena con los últimos pasos que dí en ella, aun parece que tiene mi nombre escrito bajo la tabla... que hay allí... en el pequeño rincón que nadie ve donde se cifra el universo entero?
¿cuantas caras, cuantos volúmenes, cuantos fascículos más abran tras los jeroglíficos que se encuentran en la ancienal pared del santuario?
Siempre me he preguntado por qué justamente partió en el momento en que había dejado de actuar...
Tal vez me dejó ver más allá de lo evidente
Tal vez no había ya tiempo para volverse vulnerable
quizás nunca me fue permitido quitarle el puesto a hera en el olimpo
Quizás no hubo suficiente inmolaciones que me sacaran del oscuro rincón del precipicio al que pertenezco
solo una cara oscura y el carbón con el que reitero mi existencia marcando letras y días...
marcando nombres al aire fétido del sumario
y aun quisiera respirar ese veneno...
y saber si hay todavía un recuento en el que se tropiece con los sonidos que le dejé atrapados en aquel indescifrable disco de vinilo...
Muchas preguntas que aun se traga el silencio
Muchas respuestas de innecesaria aserción
Mucha demencia para estar en el mundo, aun caminando por los rincones donde usted ya caminó
soy el espejismo
sin nadie que mire a través de su deshidratación...

martes, 2 de septiembre de 2008

Un pez que me sacó a una ventana

Pecesit@
Ando entre las dunas reales, peleando con monstruos inusitados que deben tener el tamaño de ancienales sabios y sin embargo se pelean y comportan como niños.
He dedicado mucho de mi tiempo a tratar que los monstruos armen una línea recta y se muevan al cadencial ritmo de las tonadas de circo. Puedo contarte que es una misión titánica, sin embargo sigo empeñada en este fin, y rebasar el libro guinness" de los bestiarios, de cualquier autor en cualquier punto del universo.

Estoy perdida en esos mundos paralelos, enseñando vocablos impronunciables, la dicción se ha convertido en una disculpa que parece insuperable, pero algunos muestran interés en la muecas que hago, será que me deformo y me vuelvo parte de ellos...

Muestran algunos avances y por eso no desisto, igual he hecho un pacto con algún demonio, he vendido mi alma por un tiempo, es por eso que ciertas ventanas han sido clausuradas y ni siquiera la bola de cardos se logra ver en un espacio ubicuo, sin códigos, ni pequeñas obras de arte a las que algunos llaman letras.

De aquí este pequeño espacio... será expuesto en un libro que sólo parecer ser nadado.

PD: Estas calles están siendo recorridas en medio de las tribulaciones del entrenador, los monstruos siguen leyendo o al menos lo aparentan y yo sigo enseñándoles mi cara deformada, mis muecas aparentes que se parecen a su cara cotidiana, despues de un tiempo volveré